La situación en Haití ha alcanzado un punto crítico con la escalada de violencia perpetrada por bandas armadas, lo cual ha llevado a las autoridades locales a intensificar las operaciones policiales en un esfuerzo por restaurar el orden y la seguridad en diversas regiones del país. Recientemente, la Policía Nacional de Haití, en colaboración con agentes de Kenia, ha lanzado una serie de operativos estratégicos destinados a recuperar el control de comisarías abandonadas y áreas bajo la influencia de grupos delictivos.
El nuevo portavoz de la Policía haitiana, Michel Ange Louis Jeune, ha afirmado que se llevarán a cabo “operaciones reales” en un futuro próximo, las cuales implicarán una respuesta directa y coordinada para enfrentar las amenazas que representan las bandas armadas. Estas acciones no solo buscan restablecer la autoridad del Estado en zonas críticas como Ganthier, Gressier y Léogâne, sino también reconstruir la confianza de la población en las fuerzas del orden, afectada por años de inestabilidad y violencia.
Uno de los incidentes más destacados ocurrió recientemente en Ganthier, donde una comisaría fue incendiada por miembros de la banda conocida como “400 Mawozo”. La rápida respuesta de unidades especializadas, junto con el apoyo de la Misión Multinacional de Seguridad, permitió recuperar el control y mitigar los daños causados por este acto de violencia. En Gressier, las autoridades enfrentaron el desafío de liberar carreteras bloqueadas por barricadas erigidas por grupos delictivos, lo cual obstaculizaba el libre tránsito y la seguridad de los residentes locales.
Paralelamente, la comunidad internacional también ha respondido ante la crisis haitiana. La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, anunció una generosa contribución de 60 millones de dólares en ayuda humanitaria, destinada a apoyar las necesidades urgentes del pueblo haitiano. Además, se proporcionarán vehículos blindados adicionales para fortalecer las capacidades de seguridad y protección en el país, subrayando el compromiso continuo de Estados Unidos con la estabilidad y el bienestar de Haití.
Estos esfuerzos reflejan un enfoque integral para abordar tanto las causas estructurales de la violencia como las necesidades inmediatas de la población afectada. Sin embargo, se reconoce que la situación requiere una respuesta coordinada y sostenida, así como un compromiso prolongado tanto a nivel nacional como internacional, para lograr una paz duradera y reconstruir un Haití seguro y próspero para todos sus ciudadanos.