En la zona Este del país, específicamente Miches y la Gina, desde hace más de 3 años estaría operando una red de trafico de drogas y de personas hacia Puerto Rico, con la anuencia de algunas autoridades de la zona, principalmente de la Armada de República Dominicana, quienes tienen en control operativo de toda la cosa, utilizando los miembros que pertenecen a los destacamentos, pero coordinados por los soldados que se encargan de la inteligencia, los llamados M-2.
M-2, es la dirección dentro esta fuerza castrense es la que se encarga de buscar información relacionada a los ilícitos en su zona de responsabilidad, sin embargo, se han convertido en parte del problema al cooperar con el crimen organizado, para que se lleven a cabo los ilícitos mencionados más arriba.
Esta red, por parte de militares la estaría encabezando un oficial de suma confianza del jefe de la marina (comandante general), quien en su tiempo como jefe de inteligencia de la Armada estuvo operando siempre en la parte Este del país, lo que le da un conocimiento pleno del terreno para saber cuales son los puntos vulnerables de la costa, lo que facilita las operaciones ilegales.

Este oficial que mientras el Almirante Morillo Rodríguez, ocupaba el puesto de Director de Inteligencia de la Armada, siempre estuvo en la costa de miches y zonas aledañas, por instrucciones de su jefe y una vez haber llegado a la jefatura lo envía a la península de Samaná para continuar operando la red, para llevar sus tentáculos a la zona de Nagua, donde pudo encontrar resistencia por algunos oficiales que pudieron descubrir sus intenciones.
Otras informaciones no menos relevantes es que quien sustituye al Almirante Morillo en inteligencia, tuvo que renunciar por las actuaciones del oficial, ya que no estaba de acuerdo con la forma de trabajar del mismo, ya que sus ordenes emanaban desde la jefatura y no informaba al nuevo director de inteligencia, sino al mismo jefe.
Este militar que ostenta el rango de capitán, conocido en la armada como teniente de navío, responde al nombre de Severino Mejía, conoce que ha acumulado fortuna y propiedades, gracias a sus actividades a favor del crimen organizado.
Este oficial subalterno ha recibido el rechazo de la oficialidad de la armada ya que sus acciones son de conocimiento de todos, pero nadie se atreve a hablar contra él, por posibles represalias del alto mando naval.
Severino Mejía ha sido llamado en varias ocasiones por asuntos internos por casos en el desempeño de sus funciones, pero en ninguno ha sido sancionado, ya que los oficiales investigadores evitan aplicar sanciones para no ser llamados a la jefatura a rendir cuentas.
Así, en esa honorable institución algunos de sus hombres aprovechan de su poder y la coyuntura del momento, en especial con su máximo representante para apoyar asuntos ilícitos sin ser castigados por ellos.